LITERATURA GRIEGA
LITERATURA HEBREA
Origen y evolución de la civilización griega
El origen del pueblo griego se encontraría aparentemente en los pueblos indeuropeos, estos fueron de los primeros pobladores de India, Persia y Europa. Se cree que en determinado momento un grupo de tribus comenzaron a vivir juntos y hablar dialectos reconocidos y entendidos por todos (aunque no se pueda hablar de una lengua única). En sus inicios vivían en un estado absolutamente nómada entre el Ural y el Cárpatos. A estas tribus, que son antecedentes directos de la civilización griega se les denomina: prehelénicas. Importante es destacar aquí a tribus como los jonios, eolios, aqueos. La zona más importante sería la que abarcaba la ciudad de Micenas (ciudad de Agamemnon), de allí que también se hablara de los helenos como los micénicos.
Sobre el 2000 antes del nacimiento de Jesucristo los, luego llamados griegos, se desprenden de la comunidad originaria y pueblan las Costas del Egeo, la costa Asiática y la zona del mediterráneo Oriental. En esta zona, los “griegos” se encuentran a un pueblo mucho más civilizado: los Egeos o Cretenses (antiguamente llamados Pelasgos), quienes de alguna forma terminan conquistándolos culturalmente. Se los entiende como más civilizados porque conocen la agricultura, la navegación, la escritura (llamada escritura Lineal B) y donde también, la situación de la mujer era mucho mejor que como lo será incluso en la época de mayor esplendor del mundo griego: la época clásica. Conocen y utilizan además todos los metales, menos el hierro.
El centro de poder en este momento se encontraba en Creta y estaba simbolizado por el imponente palacio de Cnosos, mandado a construir por el rey Minos, o al menos, así cuentan las leyendas. Es esta época de fuerte intercambio cultural, por ejemplo, con Egipto. Sin embargo, en el 1400, comienza a manifestarse la decadencia de Creta, y paulatinamente el avance se dará ahora desde los helenos. Los griegos, entonces, incendian el palacio de Cnosos, reconstruyéndolo luego en el Peloponeso ( sobre la zona del mar Egeo) , marcando así este centro como eje político y retomando el poder frente a los Egeos. Es este un momento de fuerte desarrollo de la agricultura. Progresa, también la producción artesanal. Los palacios de los reyes son despampanantes, especialmente aquellos en los que vivían los reyes micénicos; era tal su magnitud, que los griegos atribuyeron su construcción a los cíclopes. Sin embargo, es sabido que quienes realizaban todo el trabajo eran los esclavos, del mismo modo que también lo habían hecho antes en Creta. Comienzan allí las famosas expediciones micénicas.
Las expediciones bélicas, son entonces muy comunes. La búsqueda de mercados y centros para comerciar, así como también hegemonía, los llevan a colonizar y dominar diversas zonas del mundo antiguo; la última de todas estas expediciones bélicas sería la que daría lugar a la Guerra de Troya; exaltada por Homero en su ILIADA. En los poemas homéricos se dará la narración de los combates que llevaron a cabo los micénicos contra los habitantes de países vecinos.
En el año 1100 a.C los griegos sufren las invasiones dorias, quienes destruyen la civilización micénica. Estamos en la llamada Edad de Bronce o época Minoica. Los dorios aportarán su fuerza en la guerra, y una de las polis griegas sería su más fiel reflejo: Esparta. Los dorios logran vencer fácilmente ya que conocían y dominaban el hierro. Con la llegada de los dorios y otras tribus afines a ellos, finalizó el proceso de migración de los griegos. Los aqueos y eolios se mantendrán en las comarcas montañosas; los jonios subsistieron en la parte oriental de Grecia, en Ática y en las islas Eubeas, los dorios y otras tribus ocuparon la zona que antes era de los aqueos y jonios ( Tesalia) .
La existencia de las civilizaciones cretenses y micénicas siguió viviendo en las leyendas y mitos. Fueron más vigorosas en la costa Occidental de Asia Menor, en el ámbito de la población aquea y jónica. En este suelo, poco apartado de Troya, entonaron los rapsodas sus cantos, que narraban la expedición de los griegos micénicos contra la mencionada urbe. La ILIADA y la ODISEA, obras homéricas, tienen su fuente de inspiración en cantos antiquísimos que se transmitían de generación en generación. La intrepidez, el valor y la perseverancia en el combate, así como el consejo prudente y el arte de la oratoria en las asambleas, son las características de los héroes homéricos dignos representantes de la aristocracia gentilicia.
Los dioses y los hombres
Si comenzamos a hablar de dioses y sus relaciones con los hombres, estamos parados en un plano mítico. Entiéndase por mito la narración poética referente al nacimiento, vida o hechos de los antiguos dioses o héroes o semidioses del paganismo. La mayoría de tales mitos deben su origen a la observación de la naturaleza y de sus variados y multiformes elementos.
A medida que los hombres fueron saliendo de las elementales condiciones del tiempo primitivo y patriarcal y organizaron su vida dentro de un orden político , los dioses cesaron, poco a poco, de aparecérseles como simples personificaciones de fenómenos naturales, y los imaginaron como individualidades libres, cuya actuación estaba sometida a invariables leyes morales , dotados, además de una corporalidad muy próxima a la forma humana (antropomorfismo1). Al mismo tiempo los dioses fueron relacionados entre sí por medio de genealogías2, que en gran parte eran fruto de una caprichosa inventiva, y agrupados en una especie de gran comunidad supraterrena, en cuyo centro estaba Zeus3, “el padre de los dioses y de los hombres”.
Ya en la obra de Homero “los dioses se nos aparecen dotados de un cuerpo totalmente humano; solo que eran imaginados con una forma mayor, más bella y majestuosa que la de los hombres.
Del mismo modo que los dioses superan a los hombres en estatura y belleza, les son así mismo en fuerza y vigor. Cuando Zeus sacude sus divinos bucles tiembla el Olimpo entero.
Su corporeidad les ata al espacio y por lo tanto no pueden ser omnipresentes; pero esta vinculación espacial no representa para ellos una limitación comparable a la que sufren los mortales, pues tienen la facultad de recorrer las mayores distancias con la rapidez del rayo.
Los dioses alcanzan, con su vista y su oído, distancias incomparablemente mayores que los hombres; sin embargo, no son omnipresentes4.
Los dioses están sometidos a las mismas necesidades corporales que los hombres: deben reparar sus fuerzas con el sueño y necesitan comer y beber como cualquier mortal. Hay que observar, sin embargo, que también a este respecto son más libres que los humanos, pues pueden resistir mucho más tiempo que estos sin satisfacer las exigencias de su cuerpo. Su comida no es tampoco tan vulgar como la humana, pues solo se alimentan de néctar y ambrosía. Y del mismo modo que no pueden pasar sin alimentos, también necesitan vestidos, a cuya elección y adorno las diosas dedican una especial atención.
Puesto que los dioses poseían un cuerpo parecido al de los humanos debían también como éstos nacer, crecer y desarrollarse, tanto física como espiritualmente. Solo que aquí las cosas discurren con mayor rapidez. Así, por ejemplo, el recién nacido Hermes, salta de su cuna para ir a robar los bueyes de Apolo, y habiendo sido dado a luz por la mañana, por la tarde había ya inventado la lira y se entretenía tocando con ella.
La más importante ventaja que los dioses poseen sobre los humanos consiste en que, una vez llegados a la plenitud de sus fuerzas, jóvenes y bellos, jamás son afligidos por dolencias o enfermedad de ninguna clase, ni pueden ser nunca presa de la muerte. Ellos son los felices, los bienaventurados, a quienes nada cuesta satisfacer cada uno de sus deseos. Lo cual no implica que ocasionalmente no puedan también sentir dolor o sufrir por una aflicción.
Los griegos hicieron a sus dioses accesibles a las mismas pasiones que agitan el corazón humano: sus dioses aman, sienten ira, celos, envidia, compasión.
En cuanto a sus facultades espirituales está de más decir que son muy superiores a las nuestras. Aborrecen todo lo malo, impuro o injusto, y, en consecuencia, castigan las maldades e injusticias cometidas por los mortales, mas por ello no puede tampoco deducirse que no sean a veces capaces de incurrir en toda clase de faltas y locuras, como mentira, odio, crueldad, celos.
Pueden intervenir a capricho en el curso de la naturaleza, provocar de repente tempestades, enviar pestes y otras plagas, transformarse o transformar a otros como mejor se les antoje. Sin embargo, no pueden violar la MOIRA, o destino ineludible; ni siquiera el mismo Zeus, de allí que no sean omnipotentes5.
En cuanto a las ocupaciones de los dioses, en realidad su vida pasa en un dulce “far niente”; lo mismo que los poderosos y ricos de este mundo, procuran matar el tiempo con toda clase de entretenimientos, siguiendo cada uno sus propios gustos y aficiones.
Finalmente, todos los dioses y diosas, para guardar en todo punto la semejanza con el mundo terrenal, están unidos en una gran comunidad, cuya cabeza y centro visible es el padre de los hombres y rey de los dioses: Zeus. Los dioses del mar y de las aguas están subordinados a Poseidón y los de la tierra y del mundo subterráneo lo están a Hades.
Nociones básicas dentro de los conceptos griegos
Areté: cualidad de los hombres que se adquiere con el abolengo6 y se mantiene con la habilidad en la guerra, también con la habilidad en el ÁGORA7. Por ejemplo, Edipo, es descendiente de Cadmo, fundador de Tebas; su familia a sido gobernante de la ciudad; sus padre son reyes; esto le da un carácter fundamental a su abolengo y aumenta su areté.
Aristía: contiendas para enaltecer y aumentar o mantener areté. Generalmente consistía en juegos donde se mostraba la destreza, por ejemplo: con el arco.
Sofrosine: estado de moderación o equilibrio al cual debe tender el hombre controlando sus pasiones. Es lo contrario a la Hibrys, o pecado de exceso. La Sofrosine es un ideal a lograr, un estado al cual el hombre debe tender para mantener su areté.
Hibrys: pecado de exceso que para el griego debe ser castigado, es un alejamiento del estado de Sofrosine. El hombre, por ser tal, no puede evitar caer en este estado. La Tragedia griega, da cuenta de forma maravillosa y sublime de esta falencia del espíritu humano; de cómo el hombre cae inevitablemente en Hibrys y debe ser castigado por ello.
Moira: destino ineludible para el griego. El destino del hombre, el momento de su muerte, está prefijado de antemano, ni siquiera los dioses pueden alterar la moira. El hombre, mortal y conciente de su mortalidad, debe sufrir por ello. El intento de torcer la moira implica caer el Hibrys y por lo tanto, quedar expuesto al castigo, o Diké.
Dike. Justicia que viene cuando se ha cometido Hibrys. Quienes aplican esta justicia son los dioses, aunque para ello utilicen como instrumento a los hombres. Generalmente las pestes, son una forma de castigar los excesos, también la pérdida de las batallas, puede atribuirse al enojo del dios por un exceso cometido. Dentro de la mitología griega, el dios que se caracteriza por otorgar justicia es Apolo. Con su arco envía pestes para que el equilibrio que se ha roto con el pecado, vuelva a ser reconstruido.
Até: ceguera moral. Se produce cuando los personajes se envuelven en la ira o el dolor y no son capaces de racionalizar los acontecimientos que le rodean, actuando en Hibrys.
Literatura griega
Etapas de la literatura griega:
Para su estudio suelen dividirse los diferentes períodos de la literatura en Grecia. Dichos períodos aparecen determinados por los géneros que se desarrollaron con mayor énfasis. No todas las épocas vieron surgir con la misma fuerza y elegancia los mismos géneros literarios, de allí la siguiente clasificación.
PERÍODO JÓNICO-DÓRICO o PERÍODO ARCAICO: desde el siglo X a.C. hasta el VIa.C.
SE CARACTERIZA POR LA LITERATURA ÉPICA8
El principal representante es HOMERO (siglo VIIIa.C.), quien, se cree (aunque en este punto hay una ardua discusión) es el creador de dos obras magistrales:
ILIADA: relato de la cólera de Aquiles y sus consecuencias a las puertas de Troya, en el último año de la guerra entre aqueos y troyanos.
ODISEA: relato del nostos o regreso de Odiseo a su ciudad Ítaca, y de las aventuras que corrió junto a los suyos en el camino. También aparece la presencia de su hijo Telémaco y su deber como hijo de rey.
TAMBIÉN APARECE LA HISTORIA:HESÍODO:
LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS
PERÍODO CLÁSICO: siglos V y IV a.C.
SE CARACTERIZA POR EL AUGE DEL TEATRO QUE HABÍA NACIDO EN EL “DITIRAMBO”
ESQUILO:
PROMETEO ENCADENADO.
ORESTÍADA
SÓFOCLES:
EDIPO REY
ANTÍGONA
EURÍPIDES:
IFIGENIA EN AÚLIDE
ELECTRA
PERÍODO ALEJANDRINO: desde el siglo III al I a.C.
SE CARACTERIZA POR LA MANIFESTACIÓN DE LA POESÍA CORAL, LA POESÍA ELEGÍATICA.
COMIENZA LA DECADENCIA DE LA LITERATURA EN GRECIA.
LA FILOSOFÍA REFLEJA EL SENTIR DEL HOMBRE QUE VE EXPANDIR SU MUNDO MÁS ALLÁ DE LOS LÍMITES DE LA POLIS.9
PERÍODO GRECO-ROMANO: aproximadamente hasta el siglo II d.C.
DECADENCIA DE LA LITERATURA GRIEGA. COMIENZA LA DOMINACIÓN ROMANA.
LOS ROMANOS ASIMILAN MUCHAS CUALIDADES DE LA LITERATURA GRIEGA.
Características de la literatura griega
La literatura griega es una literatura original. La influencia extranjera se ha realizado de una manera regular y armoniosa. De Fenicia tomaron la escritura, de Asia Menor la música, pero las hacen suyas. No imitan ningún modelo de tragedia, de oda, de epopeya, se crean helénicamente.
La creación de la literatura es evolutiva. Cada género tiene leyes y va tomando formas, más y más perfectas.
Los escritores griegos crean tipos fijos, netamente diferenciados. Distinguen comedia y tragedia, oratoria de filosofía e historia, poesía épica10 de poesía lírica y dramática.
Se nota en esta literatura el equilibrio más perfecto de las distintas tendencias psicológicas. La creación se hace bajo auspicios de la reflexión, pero actúan en libre armonía y fantasía de emoción.
La finalidad de esta literatura es la belleza en sí.
La literatura griega es popular, su destinatario son las grandes asambleas del pueblo. Es literatura para el pueblo.
En esta literatura se da gran importancia al mito, el cual encierra bajo fórmula sencilla, paradigma religioso o moral profunda.
La tendencia individualista del carácter griego hace que su arte lo sea, cultivándose los géneros que expresan y recogen la experiencia individual, como la lírica, y los que representan la lucha de las individualidades fuertes, los héroes, con otros héroes o pueblos, o con el destino, como la épica o la tragedia.
Origen y evolución de la civilización griega
El origen del pueblo griego se encontraría aparentemente en los pueblos indeuropeos, estos fueron de los primeros pobladores de India, Persia y Europa. Se cree que en determinado momento un grupo de tribus comenzaron a vivir juntos y hablar dialectos reconocidos y entendidos por todos (aunque no se pueda hablar de una lengua única). En sus inicios vivían en un estado absolutamente nómada entre el Ural y el Cárpatos. A estas tribus, que son antecedentes directos de la civilización griega se les denomina: prehelénicas. Importante es destacar aquí a tribus como los jonios, eolios, aqueos. La zona más importante sería la que abarcaba la ciudad de Micenas (ciudad de Agamemnon), de allí que también se hablara de los helenos como los micénicos.
Sobre el 2000 antes del nacimiento de Jesucristo los, luego llamados griegos, se desprenden de la comunidad originaria y pueblan las Costas del Egeo, la costa Asiática y la zona del mediterráneo Oriental. En esta zona, los “griegos” se encuentran a un pueblo mucho más civilizado: los Egeos o Cretenses (antiguamente llamados Pelasgos), quienes de alguna forma terminan conquistándolos culturalmente. Se los entiende como más civilizados porque conocen la agricultura, la navegación, la escritura (llamada escritura Lineal B) y donde también, la situación de la mujer era mucho mejor que como lo será incluso en la época de mayor esplendor del mundo griego: la época clásica. Conocen y utilizan además todos los metales, menos el hierro.
El centro de poder en este momento se encontraba en Creta y estaba simbolizado por el imponente palacio de Cnosos, mandado a construir por el rey Minos, o al menos, así cuentan las leyendas. Es esta época de fuerte intercambio cultural, por ejemplo, con Egipto. Sin embargo, en el 1400, comienza a manifestarse la decadencia de Creta, y paulatinamente el avance se dará ahora desde los helenos. Los griegos, entonces, incendian el palacio de Cnosos, reconstruyéndolo luego en el Peloponeso ( sobre la zona del mar Egeo) , marcando así este centro como eje político y retomando el poder frente a los Egeos. Es este un momento de fuerte desarrollo de la agricultura. Progresa, también la producción artesanal. Los palacios de los reyes son despampanantes, especialmente aquellos en los que vivían los reyes micénicos; era tal su magnitud, que los griegos atribuyeron su construcción a los cíclopes. Sin embargo, es sabido que quienes realizaban todo el trabajo eran los esclavos, del mismo modo que también lo habían hecho antes en Creta. Comienzan allí las famosas expediciones micénicas.
Las expediciones bélicas, son entonces muy comunes. La búsqueda de mercados y centros para comerciar, así como también hegemonía, los llevan a colonizar y dominar diversas zonas del mundo antiguo; la última de todas estas expediciones bélicas sería la que daría lugar a la Guerra de Troya; exaltada por Homero en su ILIADA. En los poemas homéricos se dará la narración de los combates que llevaron a cabo los micénicos contra los habitantes de países vecinos.
En el año 1100 a.C los griegos sufren las invasiones dorias, quienes destruyen la civilización micénica. Estamos en la llamada Edad de Bronce o época Minoica. Los dorios aportarán su fuerza en la guerra, y una de las polis griegas sería su más fiel reflejo: Esparta. Los dorios logran vencer fácilmente ya que conocían y dominaban el hierro. Con la llegada de los dorios y otras tribus afines a ellos, finalizó el proceso de migración de los griegos. Los aqueos y eolios se mantendrán en las comarcas montañosas; los jonios subsistieron en la parte oriental de Grecia, en Ática y en las islas Eubeas, los dorios y otras tribus ocuparon la zona que antes era de los aqueos y jonios ( Tesalia) .
La existencia de las civilizaciones cretenses y micénicas siguió viviendo en las leyendas y mitos. Fueron más vigorosas en la costa Occidental de Asia Menor, en el ámbito de la población aquea y jónica. En este suelo, poco apartado de Troya, entonaron los rapsodas sus cantos, que narraban la expedición de los griegos micénicos contra la mencionada urbe. La ILIADA y la ODISEA, obras homéricas, tienen su fuente de inspiración en cantos antiquísimos que se transmitían de generación en generación. La intrepidez, el valor y la perseverancia en el combate, así como el consejo prudente y el arte de la oratoria en las asambleas, son las características de los héroes homéricos dignos representantes de la aristocracia gentilicia.
Los dioses y los hombres
Si comenzamos a hablar de dioses y sus relaciones con los hombres, estamos parados en un plano mítico. Entiéndase por mito la narración poética referente al nacimiento, vida o hechos de los antiguos dioses o héroes o semidioses del paganismo. La mayoría de tales mitos deben su origen a la observación de la naturaleza y de sus variados y multiformes elementos.
A medida que los hombres fueron saliendo de las elementales condiciones del tiempo primitivo y patriarcal y organizaron su vida dentro de un orden político , los dioses cesaron, poco a poco, de aparecérseles como simples personificaciones de fenómenos naturales, y los imaginaron como individualidades libres, cuya actuación estaba sometida a invariables leyes morales , dotados, además de una corporalidad muy próxima a la forma humana (antropomorfismo1). Al mismo tiempo los dioses fueron relacionados entre sí por medio de genealogías2, que en gran parte eran fruto de una caprichosa inventiva, y agrupados en una especie de gran comunidad supraterrena, en cuyo centro estaba Zeus3, “el padre de los dioses y de los hombres”.
Ya en la obra de Homero “los dioses se nos aparecen dotados de un cuerpo totalmente humano; solo que eran imaginados con una forma mayor, más bella y majestuosa que la de los hombres.
Del mismo modo que los dioses superan a los hombres en estatura y belleza, les son así mismo en fuerza y vigor. Cuando Zeus sacude sus divinos bucles tiembla el Olimpo entero.
Su corporeidad les ata al espacio y por lo tanto no pueden ser omnipresentes; pero esta vinculación espacial no representa para ellos una limitación comparable a la que sufren los mortales, pues tienen la facultad de recorrer las mayores distancias con la rapidez del rayo.
Los dioses alcanzan, con su vista y su oído, distancias incomparablemente mayores que los hombres; sin embargo, no son omnipresentes4.
Los dioses están sometidos a las mismas necesidades corporales que los hombres: deben reparar sus fuerzas con el sueño y necesitan comer y beber como cualquier mortal. Hay que observar, sin embargo, que también a este respecto son más libres que los humanos, pues pueden resistir mucho más tiempo que estos sin satisfacer las exigencias de su cuerpo. Su comida no es tampoco tan vulgar como la humana, pues solo se alimentan de néctar y ambrosía. Y del mismo modo que no pueden pasar sin alimentos, también necesitan vestidos, a cuya elección y adorno las diosas dedican una especial atención.
Puesto que los dioses poseían un cuerpo parecido al de los humanos debían también como éstos nacer, crecer y desarrollarse, tanto física como espiritualmente. Solo que aquí las cosas discurren con mayor rapidez. Así, por ejemplo, el recién nacido Hermes, salta de su cuna para ir a robar los bueyes de Apolo, y habiendo sido dado a luz por la mañana, por la tarde había ya inventado la lira y se entretenía tocando con ella.
La más importante ventaja que los dioses poseen sobre los humanos consiste en que, una vez llegados a la plenitud de sus fuerzas, jóvenes y bellos, jamás son afligidos por dolencias o enfermedad de ninguna clase, ni pueden ser nunca presa de la muerte. Ellos son los felices, los bienaventurados, a quienes nada cuesta satisfacer cada uno de sus deseos. Lo cual no implica que ocasionalmente no puedan también sentir dolor o sufrir por una aflicción.
Los griegos hicieron a sus dioses accesibles a las mismas pasiones que agitan el corazón humano: sus dioses aman, sienten ira, celos, envidia, compasión.
En cuanto a sus facultades espirituales está de más decir que son muy superiores a las nuestras. Aborrecen todo lo malo, impuro o injusto, y, en consecuencia, castigan las maldades e injusticias cometidas por los mortales, mas por ello no puede tampoco deducirse que no sean a veces capaces de incurrir en toda clase de faltas y locuras, como mentira, odio, crueldad, celos.
Pueden intervenir a capricho en el curso de la naturaleza, provocar de repente tempestades, enviar pestes y otras plagas, transformarse o transformar a otros como mejor se les antoje. Sin embargo, no pueden violar la MOIRA, o destino ineludible; ni siquiera el mismo Zeus, de allí que no sean omnipotentes5.
En cuanto a las ocupaciones de los dioses, en realidad su vida pasa en un dulce “far niente”; lo mismo que los poderosos y ricos de este mundo, procuran matar el tiempo con toda clase de entretenimientos, siguiendo cada uno sus propios gustos y aficiones.
Finalmente, todos los dioses y diosas, para guardar en todo punto la semejanza con el mundo terrenal, están unidos en una gran comunidad, cuya cabeza y centro visible es el padre de los hombres y rey de los dioses: Zeus. Los dioses del mar y de las aguas están subordinados a Poseidón y los de la tierra y del mundo subterráneo lo están a Hades.
Nociones básicas dentro de los conceptos griegos
Areté: cualidad de los hombres que se adquiere con el abolengo6 y se mantiene con la habilidad en la guerra, también con la habilidad en el ÁGORA7. Por ejemplo, Edipo, es descendiente de Cadmo, fundador de Tebas; su familia a sido gobernante de la ciudad; sus padre son reyes; esto le da un carácter fundamental a su abolengo y aumenta su areté.
Aristía: contiendas para enaltecer y aumentar o mantener areté. Generalmente consistía en juegos donde se mostraba la destreza, por ejemplo: con el arco.
Sofrosine: estado de moderación o equilibrio al cual debe tender el hombre controlando sus pasiones. Es lo contrario a la Hibrys, o pecado de exceso. La Sofrosine es un ideal a lograr, un estado al cual el hombre debe tender para mantener su areté.
Hibrys: pecado de exceso que para el griego debe ser castigado, es un alejamiento del estado de Sofrosine. El hombre, por ser tal, no puede evitar caer en este estado. La Tragedia griega, da cuenta de forma maravillosa y sublime de esta falencia del espíritu humano; de cómo el hombre cae inevitablemente en Hibrys y debe ser castigado por ello.
Moira: destino ineludible para el griego. El destino del hombre, el momento de su muerte, está prefijado de antemano, ni siquiera los dioses pueden alterar la moira. El hombre, mortal y conciente de su mortalidad, debe sufrir por ello. El intento de torcer la moira implica caer el Hibrys y por lo tanto, quedar expuesto al castigo, o Diké.
Dike. Justicia que viene cuando se ha cometido Hibrys. Quienes aplican esta justicia son los dioses, aunque para ello utilicen como instrumento a los hombres. Generalmente las pestes, son una forma de castigar los excesos, también la pérdida de las batallas, puede atribuirse al enojo del dios por un exceso cometido. Dentro de la mitología griega, el dios que se caracteriza por otorgar justicia es Apolo. Con su arco envía pestes para que el equilibrio que se ha roto con el pecado, vuelva a ser reconstruido.
Até: ceguera moral. Se produce cuando los personajes se envuelven en la ira o el dolor y no son capaces de racionalizar los acontecimientos que le rodean, actuando en Hibrys.
Literatura griega
Etapas de la literatura griega:
Para su estudio suelen dividirse los diferentes períodos de la literatura en Grecia. Dichos períodos aparecen determinados por los géneros que se desarrollaron con mayor énfasis. No todas las épocas vieron surgir con la misma fuerza y elegancia los mismos géneros literarios, de allí la siguiente clasificación.
PERÍODO JÓNICO-DÓRICO o PERÍODO ARCAICO: desde el siglo X a.C. hasta el VIa.C.
SE CARACTERIZA POR LA LITERATURA ÉPICA8
El principal representante es HOMERO (siglo VIIIa.C.), quien, se cree (aunque en este punto hay una ardua discusión) es el creador de dos obras magistrales:
ILIADA: relato de la cólera de Aquiles y sus consecuencias a las puertas de Troya, en el último año de la guerra entre aqueos y troyanos.
ODISEA: relato del nostos o regreso de Odiseo a su ciudad Ítaca, y de las aventuras que corrió junto a los suyos en el camino. También aparece la presencia de su hijo Telémaco y su deber como hijo de rey.
TAMBIÉN APARECE LA HISTORIA:HESÍODO:
LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS
PERÍODO CLÁSICO: siglos V y IV a.C.
SE CARACTERIZA POR EL AUGE DEL TEATRO QUE HABÍA NACIDO EN EL “DITIRAMBO”
ESQUILO:
PROMETEO ENCADENADO.
ORESTÍADA
SÓFOCLES:
EDIPO REY
ANTÍGONA
EURÍPIDES:
IFIGENIA EN AÚLIDE
ELECTRA
PERÍODO ALEJANDRINO: desde el siglo III al I a.C.
SE CARACTERIZA POR LA MANIFESTACIÓN DE LA POESÍA CORAL, LA POESÍA ELEGÍATICA.
COMIENZA LA DECADENCIA DE LA LITERATURA EN GRECIA.
LA FILOSOFÍA REFLEJA EL SENTIR DEL HOMBRE QUE VE EXPANDIR SU MUNDO MÁS ALLÁ DE LOS LÍMITES DE LA POLIS.9
PERÍODO GRECO-ROMANO: aproximadamente hasta el siglo II d.C.
DECADENCIA DE LA LITERATURA GRIEGA. COMIENZA LA DOMINACIÓN ROMANA.
LOS ROMANOS ASIMILAN MUCHAS CUALIDADES DE LA LITERATURA GRIEGA.
Características de la literatura griega
La literatura griega es una literatura original. La influencia extranjera se ha realizado de una manera regular y armoniosa. De Fenicia tomaron la escritura, de Asia Menor la música, pero las hacen suyas. No imitan ningún modelo de tragedia, de oda, de epopeya, se crean helénicamente.
La creación de la literatura es evolutiva. Cada género tiene leyes y va tomando formas, más y más perfectas.
Los escritores griegos crean tipos fijos, netamente diferenciados. Distinguen comedia y tragedia, oratoria de filosofía e historia, poesía épica10 de poesía lírica y dramática.
Se nota en esta literatura el equilibrio más perfecto de las distintas tendencias psicológicas. La creación se hace bajo auspicios de la reflexión, pero actúan en libre armonía y fantasía de emoción.
La finalidad de esta literatura es la belleza en sí.
La literatura griega es popular, su destinatario son las grandes asambleas del pueblo. Es literatura para el pueblo.
En esta literatura se da gran importancia al mito, el cual encierra bajo fórmula sencilla, paradigma religioso o moral profunda.
La tendencia individualista del carácter griego hace que su arte lo sea, cultivándose los géneros que expresan y recogen la experiencia individual, como la lírica, y los que representan la lucha de las individualidades fuertes, los héroes, con otros héroes o pueblos, o con el destino, como la épica o la tragedia.
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