HORACIO

 Su nombre completo Quinto Horacio Flaco. Célebre poeta lírico y satírico romano (latino), nació en el 65 antes del nacimiento de Cristo en Venusa,  y murió en el 8 después del nacimiento de Cristo. Era hijo de un liberto que había logrado reunir bienes con su cargo de recaudador de contribuciones. Fue educado en la capital del Imperio, leyendo a los grades escritores de la Roma arcaica y también las grandes obras de la literatura griega. De allí que sus primeros versos los escribiera en griego. 

Participaría de la batalla de Filipos, llevaba adelante por Bruto, luego de la muerte de César. Derrotado Bruto, corren una suerte desastrosa aquellos que lo habían acompañado, entre ellos Horacio. Al regresar a Roma, se encuentra sin bienes y debe trabajar como escriba de un cuestor de la administración pública. A fines del 39 a.C es presentado ante Mecenas quien lo protegerá unos años (esto coincide con el período más fuerte del ascenso de Augusto) . Mecenas estaba cerca de Augusto así que el recibir su favor era importante. Entre otros Mecenas también protegió a Virgilio y  Propercio. Horacio por otra parte, participará de los ideales del emperador Augusto y los apoyará públicamente en muchos momentos de su obra. 


Obra


La cronología de sus obras ofrece algunas dudas, pero en general, se adecua al siguiente esquema:


Epodos, 41-30 a.C.

Sátiras (I libro), 35 a.C. Sátiras (II libro), 30 a.C.

Odas (I y III libros), 25 a.C.

Epístolas (I libro), 20 a.C.

Canto Secular, 17 a.C.

Odas (IV libro), 13 a.C.

Arte poética, 9 a.C. 



Odas

Oda, es un término de origen griego (ode) que significa canto. En la literatura latina, fue Horacio el gran cultivador de este poema. Tiene la misma un tono solemne, carácter hímnico y múltiples contenidos. Los comentaristas de la época imperial latina, serán quienes comiencen a darle el nombre de odas a las composiciones de Horacio. 

En ellas aparecen frecuentemente elementos autobiográficos. Aparecen allí también, además del estilo encantador, el vino, el amor, el placer, pero también: las tristezas y los límites del destino del hombre. 

Predomina en sus odas una filosofía epicúrea, resaltándose la bondad de los placeres y el repudio de todos los excesos. En otros aparece el estoico, repudiando las guerras civiles. 

En las odas de Horacio aparecen frecuentemente elementos autobiográficos. Aparecen cantados en sus odas: el vino, el amor, el placer, pero también las tristezas, los límites del destino del hombre y la muerte; no es casual que aparezca invocada como su musa, Melpóneme, la musa trágica; las odas que tienen como tema a Roma y su destino son una parte importante, en ellas aparecen influencias de otros dos poetas griegos: Baquílides y Píndaro. Hasta la aparición de las Odas no existía realmente en Roma una poesía lírica propia. 

En ellas predomina una moral epicúrea: se resalta la bondad de los placeres y el repudio de todos los excesos. Pero hay, también poemas en que aparece el estoico: se deploran las guerras civiles, la decadencia de la virtud romana, se apoyan austeras virtudes, se apoyan austeras actitudes de Augusto. 


El Carpe Diem en la Oda XI de  Horacio


¿Qué es esto del Carpe Diem? En realidad es bien conocido por todos, ya digo que es un lugar común. Etimológicamente significa cosecha el día, figuradamente: disfruta el día, captura el momento en el que te encuentras. Horacio nos dice: Carpe diem quam minimum credula postero; disfruta el día, no des crédito al mañana. Porque del mañana nada sabemos, ni siquiera nos es dado el poder conocerlo.

No pretendas saber, pues no está permitido, 
el fin que a mí y a ti, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses, 
ni consultes los números Babilónicos. (Oda XI) 

El futuro son juegos de azar, mera especulación de magos babilónicos que no tiene por qué llevar a nada. Si existe el Destino o la Providencia, no baja ningún dios a concedernos su conocimiento.

Mejor será aceptar lo que venga, 
ya sean muchos los inviernos que Júpiter 
te conceda, o sea éste el último, 
el que ahora hace que el mar Tirreno 
rompa contra los opuestos cantiles. 
No seas loca, filtra tus vinos 
y adapta al breve espacio de tu vida 
una esperanza larga. 
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. 
Vive el día de hoy, no fíes del incierto mañana. (Oda XI)

Nada hay de cierto en el porvenir, ninguna seguridad. El momento, sin embargo, hemos de aprovecharlo. Y hemos de aprovecharlo porque el tiempo huye, tempus fugit, otro tópico. Y las huidizas edades son envidiosas del presente, porque en realidad no le poseen; las edades son solo pasado. Mientras pensamos en el mañana, indefectiblemente, el hoy se nos escapa. Y el mañana no existe, si acaso existirá, y tampoco eso es seguro.




XI

No pretendas saber, pues no está permitido,

el fin que a mi y a ti, Leuconoe,

nos tienen asignado los dioses,

ni consultes los números Babilónicos.

Mejor será aceptar lo que venga,

ya sean muchos los inviernos que Júpiter

te conceda, o sea éste el último,

el que ahora hace que el Mar Tirreno

rompa contra los opuestos cantiles.

No seas loca, filtra tus vinos

Y adapta al breve espacio de tu vida

Una esperanza larga.

Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.

Vive el día de hoy. Captúralo. 

No fíes del incierto mañana.

(Libro I de Odas) 


Consignas de trabajo

 

Explica las nociones de: exceso, mesura. 

En el texto se maneja la idea de los límites humanos: ¿En qué aspecto?

¿Cuál es la postura del yo lírico frente a la limitación humana?

Realiza una reflexión teniendo en cuenta el tema del poema, relacionándolo con la sociedad actual. 



Bibliografía consultada para la construcción del repartido:


HORACIO . antología y estudio. Ediciones de la Casa del Estudiante. 

Horacio: antología y estudio, Ediciones de la Casa del Estudiante. 

Breve diccionario de términos literarios. Demetrio Estébanez Calderón. Alianza Editorial, 2004

Diccionario AKAL de literatura general y comparada. Herbert Grenier-Mai. Ediciones AKAL, 2006

XI

No pretendas saber, pues no está permitido,

el fin que a mi y a ti, Leuconoe,

nos tienen asignado los dioses,

ni consultes los números Babilónicos.

Mejor será aceptar lo que venga,

ya sean muchos los inviernos que Júpiter

te conceda, o sea éste el último,

el que ahora hace que el Mar Tirreno

rompa contra los opuestos cantiles.

No seas loca, filtra tus vinos

Y adapta al breve espacio de tu vida

Una esperanza larga.

Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.

Vive el día de hoy. Captúralo. 

No fíes del incierto mañana.

(Libro I de Odas) 


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