MACBETH
La historia está basada en hechos reales, y a partir de ellos Shakespeare creó esta magnífica historia. Macbeth fue, es cierto, un Rey de Escocia durante 17 años, en el período que va desde 1040 a 1057. Había sido jefe militar al servicio del Rey Duncan I y conde de Moray. Asesinó al soberano en el año 1040 y reclamó el trono para sí. La historia dice que fue un buen rey y que Escocia vivió bajo su reinado 17 años de prosperidad. Esta historia termina cuando el hijo de Duncan, MalcomCanmore mata a Macbeth en la batalla de Lumphanan y se convierte en el Rey Malcom III.
La obra, estructurada en cinco actos fue representada por primera vez en el año 1606, pero aparece editada en 1623, cuando dos amigos de Shakespeare recopilan sus obras luego de la muerte del poeta.
La historia se desarrolla en Dubsinane, Escocia, y los hechos se ubican en la Edad Media. Es una tragedia que explota las pasiones humanas más despreciables: la traición, la mentira, la ambición y el deseo desmedido de poder. Los Macbeth se dejan tentar por la ambición y cometen el peor de los pecados, como diría Cervantes, la ingratitud, y se rebelan, precisamente, contra su rey y benefactor.
El asesinato de Duncan es un crimen contra los fundamentos naturales del orden social y moral. En su concepción de Duncan, Shakespeare usa de una manera muy personal la idea feudal de la soberanía. Duncan, como rey, es la cabeza del estado ordenado cuyos miembros están unidos por lazos de fidelidad. El acto criminal de los Macbeth destruye ese orden inpecable, crea el caos y trae consigo una terrible cadena de muertes.
Los personajes protagonistas de la tragedia son Macbeth y su esposa Lady Macbeth, en ellos está puesto el centro de la acción.
La obra se abre con un conjuro de las brujas, las hermanas fatídicas, quienes tienen un rol central en la obra, ya que ellas con sus presagios promueven la ambición presente en Macbeth ( y posteriormente en su esposa). Es interesante ver como esta condición está puesta en elementos espectrales, sobrenaturales, presentes en las obras shakespereanas, pero de cualidades femeninas. También es relevante tener en cuenta que si bien Macbeth comete los crímenes, en la obra, es su esposa, mujer, quien resalta por su maldad absoluta, e incita, de forma más directa que las brujas al marido a cometer los delitos.
El diálogo inicial de las brujas funciona como catáfora, ellas adelantan que se reunirán con Macbeth, presentando indirectamente a un personaje que será protagonista en la obra, basta ver simplemente que la misma lleva como título su nombre (título epónimo). Las mismas se asocian en su discurso con los elementos naturales como el relámpago, el trueno y la lluvia. Los mismos son elementos nefastos para los viajeros, recordaremos que Macbeth viene de la batalla y estos elementos de la naturaleza agresivos, también recuerdan el clima desde el cual llega el protagonista.
Las brujas son tres, jugamos entonces con la idea de la Trinidad invertida, negativa. Ellas se manifietstan alrededor de elementos negativos como lo son “la niebla y el aire impuro” (Escena I, Acto I). Esta impureza tiene que ver son las pasiones negativas, la oscuridad a nivel emocional y no físico que ellas reflejan y motivan. Las brujas representan la oscuridad, las tinieblas, y este no es un detalle menor, ya que los propios personajes lo reconocen a lo largo de la misma, y a pesar de ello ceden a sus presagios.
El lenguaje de las brujas está lleno de aparentes contradicciones. Es oscuro como la naturaleza de las mismas y hace honor a la estética barroca. Ejemplo de ello tenemos en el primer diálogo: “Lo hermoso es feo y lo feo es hermoso”. En el marco de sus discursos se deja entrever la naturaleza malvada que se esconde en sus presagios, y como presagiando verdades mueven en el alma humana los deseos más impuros. Banquo lo refiere cuando Macbeth recibe el título de Barón de Cawdor : “ …¿Puede el diablo hablar con la verdad?...”
Cuando la obra inicia Macbeth aparece presentado como un ser heroico, viene de ganar la batalla contra los noruegos y por lo tanto llega rodeado de honores y condecorado con el flamante título de Barón de Cawdor. Es curioso que el protagonista acceda a este título porque el anterior barón ha cometido traición contra el rey Duncan. De alguna manera esta cualidad es el avance de lo que marcará el carácter de Macbeth en la obra, ya que de ser enaltecido con este título honorable y el afecto del rey terminará siendo un traidor a aquel a quien ha jurado lealtad.
Macbeth es el héroe trágico en el sentido estricto si tenemos en cuenta la noción que señala la importancia del impacto de la caída. Macbeth inicia siendo un valeroso soldado y un noble poderoso, está en el punto más importante de su carrera, y, sin embargo, su ambición lo hará caer hasta la propia muerte y perdición, a ser aborrecido cuando comienza siendo blanco de elogios constantes. El valor que una y otra vez lo caracteriza al inicio, cae cuando se muestra como un ser traicionero, indigno del afecto profesado y del título de soberano al que ostenta y logra por la fuerza.
El encuentro inicial de Macbeth y Banquo con las brujas tiene detalles a tener presentes. El mismo se da en la escena III del acto primero. Este es el primero de dos encuentros que tienen diferente naturaleza. Una de las cosas a tener presente es que este encuentro es provocado por las brujas, son ellas quienes se presentan ante los héroes que llegan victoriosos, de allí el sonido de los tambores que introducen sus figuras en el escenario. Las brujas son percibidas de inmediato como seres extraños y la naturaleza sobrenatural no pasa desapercibida a los ojos y las palabras de los héroes: “ ¿Quiénes son esas, tan extrañas, que no parecen habitantes de la tierra y, sin embargo, están sobre ella?...” (Escena III, Acto I, Banquo).
Cabe recordar que la presencia de seres de naturaleza supra natural, seres extraños que forman parte de lo maravilloso esa normal encontrar en las obras isabelinas ya que se apelaba a generar en cada participante, espectador, una experiencia sensorial y emocional agradable e interesante, de allí el sentido de la Teoría de los niveles como rasgo esencial de la obra.
El primer encuentro es el momento del vaticinio y este es el punto central donde inicia el conflicto para Macbeth, ya que, una vez movida su ambición ya no parará más. El mismo protagonista hace saber la contradicción de aquel día cuando lo describe a través del oxímoron como “…un día tan feo y tan hermoso…”, ya que, si bien vuelve victorioso y poderoso, aquí inicia el proceso de su caída. Cuando Banquo reflexiona en torno a las brujas y sus presagios de alguna forma señala una catáfora en el futuro de Macbeth, mostrando además de qué manera las hermanas fatídicas funcionan como móviles para la perdición de su amigo: “Es extraño… para llevarnos a la perdición, muchas veces los instrumentos de las tinieblas profetizan verdades y nos seducen para arrastrarnos hacia lo terrible…”. Banquo teme aquí que el deseo de Macbeth lo pierda y es un vaticinio de lo que ocurrirá realmente al personaje.
A pesar de la extrañeza de las brujas, que aún los hacen dudar de su propia cordura, al cumplirse el primero de los presagios Macbeth quedará convencido de la veracidad de sus presagios. Su error será entonces querer construir el destino con sus manos, usando para ello como medio el crimen y la deslealtad.
El primer foco que muestra la ambición de Macbeth se da en el momento en que recibe el título de Cawdor, ya que es esta una confirmación aparente del poder de las brujas. En la escena III del Acto I el discurso de Macbeth se llena de “Apartes”, mostrando de qué modo su espíritu se llena de contradicciones y pierde la calma frente a la posibilidad de aspirar al poder de ser rey. Él mismo lo dice: “¡Barón de Glamis y Cawdor! Y lo más grande está por llegar…”.
Cuando Macbeth contempla la posibilidad de ser rey un nuevo y oscuro aspecto aparece en la escena: el crimen, móvil inherente al deseo. Aunque al principio se mueve en sus pensamientos como una “vana sombra”, este está presente como una posibilidad que finalmente se concretará, aunque al inicio manifieste que no tomará parte en el destino y dejará que este llegue.
No podemos saber si este cambio de Macbeth desde el deseo furioso hacia el acto desmedido y la corrupción de su espíritu hubieran sido posible sin la presencia de su esposa Lady Macbeth. Lo cierto es que ella cumple un rol fundamental y sumamente activo en el proceso de caída de su esposo y el suyo propio. Así como las brujas aguijonean su ambición su mujer le da forma nueva y la lleva a una realidad que su esposo palpa casi como una obligación para complacerla y complacerse.
Lady Macbeht recuerda un poco al rol que la literatura bíblica le reservó a Eva en el Antiguo Testamento. Ella incentiva en su marido ese lado perverso y le da argumentos para cometer el crimen. La primera vez que esta mujer tiene conciencia de la existencia de los presagios es a través de una carta que recibe de su marido (escena V, Acto I). En ella Macbeth anuncia los vaticinios cumplidos y los otros, también la naturaleza sobrenatural de las transmisoras de lo que él llama “ciencia más que humana”.
La respuesta de Lady Macbeth no se hace esperar, su carencia absoluta de bondad y su falta de piedad quedan inmediatamente de manifiesto. Ella tiene deseos a la par de su esposo, pero a diferencia de aquel es decidida e implacable, inescrupulosa por demás. Desconfía de la capacidad para causar daño de su esposo y lo asocia con elementos femeninos y maternales, desacreditándolo así, alejándolo de la imagen de virilidad que lo ha caracterizado en la obra hasta sus palabras: “desconfío de tu carácter. Está lleno de la leche de la ternura humana como para elegir el camino más corto…” (esc.V, ActoI)
Es en las palabras de la mujer que vemos anunciada a gritos la muerte de Duncan en los aposentos de Macbeth: “la entrada fatal de Duncan bajo mis murallas…”. La mujer no se interesa ni en los dones de la hospitalidad que le debe a su invitado, ni en la lealtad propia del vasallaje a su rey, ni aún en los principios básicos de la naturaleza contra los que atenta al pensar y desear el asesinato, solo piensa en el poder a conquistar por medio de la mano de su esposo y el vaticinio nefasto de las fatídicas.
En su monólogo ella apela a todas las fuerzas de la naturaleza que reflejan el crimen y el engaño, al cuervo, a la noche y la oscuridad. Su discurso está lleno de aspectos que hacen gala de la necesidad de aparentar, de engañar, de disfrazar la verdad para lograr su cometido. Ese es, inclusive, el principal consejo que otorga al marido.
La apariencia, temática explotable de los textos manieristas, es uno de los tópicos presentes en la obra. La apariencia, asociada a la idea de lo falso y el crimen son nota del carácter de Macbeth y su esposa, y también hacen gala en los vaticinios de las brujas, sobre todo cuando Macbeth las visita por segunda vez, ya convertido en rey.
Lady Macbeth es, por demás, un ejemplo de apariencia. El mismo Duncan cuando llega a su casa la nombra como: “honorable anfitriona” sin sospechar que tras esa mirada se oculta la visión de su muerte. Ella aparece como un ejemplo claro de seducción en un sentido diabólico. Es intensamente falsa cuanto intenso es su deseo.
Uno de los aspectos que hacen terrible la decisión de matar a Duncan aparecerá asociado con la idea de que éste es un buen rey, el mismo Macbeth lo reconoce. Cuanto mejor es la construcción de Duncan como rey ejemplar, mayor es la gravedad del asesinato de los Macbeth.
Cuando los esposos cometen el delito lo primero que manifiesta la caída es la pérdida del sueño. Macbeth lo dice al manifestar que una voz declaraba que él había asesinado al sueño al dar muerte a Duncan y a sus guardias inocentes. El sueño, metáfora de la manifestación de la conciencia, es la culpa que se escabulle para recordarles lo que han hecho. El sueño los abandona y con él la posibilidad de expiación. Detrás del insomnio vendrá la locura, y, tras ella, la muerte.
Aparte del sueño/insomnio, otros dos elementos recuerdan una y otra vez el crimen: las manos sucias y las manchas, el color de la sangre. Este será uno de los aspectos que atormente a Lady Macbeth, el no poder limpirar sus manos, que simbólicamente sugiere el no poder limpiar sus culpas.
A pesar de que en algún momento Macbeth parece contrariado por haber asesinado a Duncan, una vez rey, su ambición lo lleva a cometer nuevos crímenes, igual o más viles que el anterior. La muerte de Banquo, al encargo de unos asesinos y por medio de mentiras, es uno de sus actos más terribles y que lo atormentarán en forma de una aparición fantasmagórica. Por otro lado el asesinato de la familia del varón de Fife es otro acto miserable y de una falta absoluta de piedad. A medida que la obra avanza Macbeth se vuelve más paranoico frente a la posibilidad de mantener el poder robado a Duncan y sus actos se vuelven más salvajes.
Lady Macbeth
¿Qué mujer es esa que no se para ante la tentación del crimen, para ceñirse una corona? “Es la mujer teutónica _ responde Philarete Chasles_ que ebria de ambición es capaz de todos los excesos, con tal de ser reina. Lady Macbeth es la ambición, pero de un trono que no es para ella sola: de algo que quiere compartir con su marido. En segundo término, pues, hay otro móvil que el de la pura ambición: dignificar y enaltecer a los ojos del mundo al compañero de su vida.
La ambición arrastra a esa mujer a su pérdida: pero en el crimen mismo que aconseja está la relación de sus excepcionales facultades. Conjura las vacilaciones de su marido; se huelga de los honores que presume en el próximo reinado; todo lo allana y lo prevé, abusando del dominio incondicional que ejerce sobre Macbeth.
Sin embargo, luego del crimen, no pasará mucho tiempo sin que comience el remordimiento a imponerse en su conciencia; y entonces verá en sus manos las mismas manchas que veía su marido. Su sueño se volverá intranquilo, llegando a la locura y finalmente al suicidio. No olvidemos que a pesar de las terribles palabras que profesa en el momento del plan para matar al rey, no es capaz ella misma de cometer el acto.
Lady Macbeth es la revelación de un gran carácter extraviado por una pasión criminal. Y ella misma despertará un monstruo en Macbeth capaz de cometer los más viles crímenes, contra sus amigos (Banquo), asesinando a niños y mujeres para aferrarse al trono que ha obtenido por medio del asesinato y la traición.
Argumento
Los generales escoceses Macbeth y Banquo regresan victoriosos de una batalla contra las tropas noruegas. En un páramo se encuentran con tres brujas que profetizan que Macbeth será Señor de Cawdor y Rey de Escocia y que la estirpe de Banquo reinará en Escocia. El Rey de Escocia, Duncan ejecuta al Señor de Cawdor por traición y entrega el señorío a Macbeth. Éste viendo que el destino anunciado por las brujas se va cumpliendo y animado por su esposa, asesina a Duncan cuando éste se hospeda en su castillo. Los hijos del Rey, Malcolm y Donalbain huyen asustados hacia Inglaterra e Irlanda respectivamente por lo que la sospecha del regicidio recae en ellos. Macbeth, como pariente más próximo, es nombrado Rey de Escocia. Para que no se cumpla la profecía de las brujas respecto a Banquo, Macbeth envía sicarios para matar a Banquo y a su hijo Fleance. Banquo muere, pero el muchacho logra escapar. Macbeth tiene cada vez más alucinaciones y el fantasma de Banquo se le aparece. Asustado, consulta a las brujas y éstas le dicen que se guarde de Macduff, Señor de Fife; que ningún hombre parido por mujer podrá nunca vencer a Macbeth; y que su poder se mantendra hasta que el bosque de Birnam entre en Dunsinane. Macbeth manda asesinar a la mujer y los hijos de Macduff. Éste mientras tanto ha partido hacia Inglaterra para unirse a Malcom, legítimo heredero de la corona escocesa, y han reclutado un ejército de 10000 hombres para entrar en Escocia. El sentimiento de culpabilidad vuelve loca a Lady Macbeth que termina sacándose la vida. El ejército de Malcom corta árboles del bosque de Birnam y escudados tras ellos, los hombres entran en Dunsinane. Macduff, que había nacido por cesárea, acaba con la vida de Macbeth. Malcom es proclamado Rey de Escocia.
Estructura
Tragedia en cinco actos de 7, 4, 6, 3 y 7 escenas, respectivamente.
El grueso de la tragedia está pentámetros yámbicos de verso blanco.
Las brujas hablan en tetrámetros.
Hécate utiliza pareados octosilábicos
La prosa se utiliza en cinco ocasiones
⦁ La carta escrita por Macbeth a su esposa (Acto I, Escena V ).
⦁ Prosa cómica del portero (Acto II, Escena III ).
⦁ Macbeth da órdenes a sus asesinos alternando la prosa con el verso (Acto III, Escena I ).
⦁ Diálogo entre Lady Macduff y su hijo (Acto IV, Escena II ).
⦁ Lady Macbeth habla en sueños en prosa (Acto V, Escena I )
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